Una forma de convivencia familiar Emergente: La experiencia de “VIVIR LEJOS DE CASA”.
Un estudio en torno a la trama de relaciones familiares en la migración estudiantil
Autoras:
Gómez Herrera, Andrea
Villalba, Ana Eliza[1]
Introducción
La problemática poblacional contemporánea lejos de agotarse se ha complejizado, no sólo por la diversidad de las temáticas en estudio sino por la advertencia de intersecciones entre una pluralidad de fenómenos que plantean la necesidad de un análisis riguroso, a fin de abarcarlos en toda su dimensión.
Durante las últimas décadas en el contexto de un mundo globalizado, los cambios en la estructura y dinámica poblacional han sido fuente de un sinfín de interrogantes que señalan distintas direcciones de investigación. Asimismo, no es casual el trazado de tangentes durante los procesos de conocimiento, siendo el presente trabajo un producto de avances preliminares en investigaciones respecto a dos problemáticas, en apariencia de naturaleza distinta; los procesos de movilidad poblacional y el surgimiento de nuevas configuraciones familiares[1].
Entre la multiplicidad de desplazamientos que engloba el término movilidad poblacional, la migración estudiantil manifiesta singularidades que merecen ser estudiadas a la luz de teorías contemporáneas, para captar la dimensión social de un aspecto clave en todo proceso migratorio; la residencia. Con este último propósito se realiza un abordaje de la trama de relaciones sociales que se configura en torno a esta modalidad de desplazamiento; en particular a nivel del plano familiar puesto que atraviesan la experiencia migratoria de estudiantes universitarios en la ciudad de Santiago del Estero, dando lugar a nuevas dinámicas familiares.
Este trabajo tiene como objetivo presentar los hogares de migrantes estudiantiles como un caso de la experiencia de jóvenes de 25-30años que abandonan el núcleo familiar pero sin independencia plena, correspondiendo ésta a una categoría incluida en la tipología de “familias virtuales”[2]. El abordaje de la problemática de conocimiento se realiza desde un enfoque metodológico cualitativo, pues se trata de un estudio de caso cuyo propósito es analizar la experiencia migratoria de estudiantes que cursan carreras de grado en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) poniendo especial acento en las relaciones familiares durante el proceso migratorio.
A partir de entrevistas en profundidad a los estudiantes se pretende acceder al universo de significados que estos actores construyen de su realidad. Durante el desarrollo de las mismas se abordaron distintas dimensiones temáticas que tuvieron como ejes los siguientes aspectos:
A-Factores que incidirían en la migración; Decisión del traslado en relación a la elección del lugar de destino y de la Universidad
B-Tejido de relaciones que los estudiantes establecen en su vida familiar, académica y sociocultural en la ciudad de destino y en referencia al lugar de origen;
Entorno Familiar
-Composición del grupo familiar.
-Descripción de las relaciones con sus miembros.
-Formas de contacto y relación con familiares que se encuentran en el lugar de origen.
Entorno Académico:
-Relaciones con los compañeros.
-Relaciones con los profesores.
-Relaciones con otros miembros de la Institución.
-Vivencias durante el cursado.
Relaciones iniciadas en el lugar de acogida/destino.
Retornos periódicos al lugar de Origen.
C-Evaluaciones y proyectos de los estudiantes próximos a finalizar estudios de grado; Evaluaciones de la decisión de migrar, dificultades y posibilidades: qué cree que encontrará en la inserción laboral.
La selección de los entrevistados se realiza mediante un procedimiento de tipo intencional, en función de una serie de criterios establecidos a modo de garantizar la obtención de una variedad de perfiles de migrantes y maximizar la riqueza en la construcción del dato, entre los cuales se encuentran: edad, sexo, lugar de procedencia (intra e interprovincial), situación laboral, carrera y trayectoria académica (es decir que se encuentren cursando materias de diferentes años de la carrera), en función a esta última se distinguen tres grupos:
· Estudiantes ingresantes: aquellos que se encuentran cursando materias de primer y segundo año, según lo establecido el plan de estudio de la carrera.
· Estudiantes avanzados: aquellos que están cursando materias de tercer y al menos tres materias de cuarto año de la carrera.
· Estudiantes próximos a finalizar la carrera: se trata de estudiantes que están cursando al menos tres materias de quinto año (último) o son tesistas.
Los avances logrados en el proceso de conocimiento se circunscriben al trabajo realizado con estudiantes de la carrera Licenciatura en Sociología de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud, aunque se prevé ampliar el universo incluyendo estudiantes de otras carreras de grado y unidades académicas.
El interés de indagar en profundidad este caso se funda en la pretensión de hilar fino en el análisis de la dinámica intrafamiliar de las nuevas configuraciones. En este sentido, el artículo se organiza en tres partes; la primera contiene referencias conceptuales y contextuales sobre la migración estudiantil en Santiago del Estero, mientras que la segunda se ocupa de ilustrar las modalidades de dependencia de los migrantes estudiantiles respecto al núcleo familiar de referencia. En la tercera y última parte de abordarán las reflexiones de los actores respecto de su situación, para luego desembocar en un apartado de comentarios finales.
1. Migración estudiantil en Santiago del Estero: referencias conceptuales y contextuales
Los flujos migratorios estudiantiles suponen el traslado de personas desde un lugar de referencia (residencia-base) a otros fuera del espacio físico habitual para adquirir formación académica. No obstante, se caracterizan por contemplar la posibilidad periódica de retorno, lo que implica la formación de espacios de vinculación entre el lugar de origen y destino.
Entendiendo que se trata de un flujo continúo[3], en la medida que el retorno es una posibilidad latente aunque de periodicidad variable durante todo el proceso migratorio, interesa el tejido de relaciones que el migrante entabla con otros sujetos en los distintos planos de su vida social, tanto en la sociedad de origen y como de acogida. Precisamente la circularidad de este tipo de movilidad, habilita a problematizar acerca de la definición de residencia, lo que justifica el énfasis puesto en la trama de relaciones que el migrante estudiantil establece en la sociedad de recepción en referencia al lugar de origen y las que mantiene en este último.
Investigaciones en torno a la problemática han puesto en evidencia que las relaciones familiares tienen una importancia sustancial para los que migran con el propósito de obtener formación académica. El vínculo con los miembros de la familia, cuyo hogar se localiza en el lugar reconocido como residencia-base atraviesan la experiencia del migrante estudiantil y todas las instancias del proceso, desde el momento de la decisión hasta en las proyecciones de los sujetos.
Siendo los migrantes estudiantiles en mayor proporción jóvenes impulsados por la búsqueda de nuevos horizontes, este tipo de desplazamientos tendría alguna conexión con otros dos hechos objetivos: por un lado, el aumento de la migración urbana-urbana e intra-provincial a partir de la década de 1970, que explica en cierta medida el crecimiento de centros urbanos medianos y grandes como sus implicancias en el desarrollo de infraestructura y ampliación en la cobertura de servicios básicos y sociales, en particular salud y educación. Por otra parte el notable incremento de hogares unipersonales tanto en Santiago del Estero como a nivel país para el año 2001, según registros censales alcanzó el 10.3% y 15.0% [4] respectivamente, abre la posibilidad de conjeturar acerca de la emergencia de nuevas modalidades de convivencia familiar sobre todo si no existe corresidencia permanente en una vivienda o unidad doméstica.
La migración estudiantil es un fenómeno novedoso, que adquiere relevancia en el contexto de la provincia de Santiago del Estero considerando que la fundación de universidades locales en la Ciudad Capital (UCSE y UNSE)[5] se remota a poco más de cinco y tres décadas respectivamente, por lo tanto su vida institucional es relativamente corta en relación a otras universidades de la región. La diversificación de la oferta académica en ambas instituciones, con la apertura de carreras vinculadas a las ciencias sociales, a la informática y telecomunicaciones, además de otras relacionadas con actividades económicas tradicionales del NOA. Entonces podría hipotetizarse que este hecho impulsó la llegada de jóvenes desde distintos lugares de la provincia, como así también de otras jurisdicciones del país, en las cuales no se encontraban estas alternativas.
La principal dificultad para captar cuantitativamente el dato de la migración estudiantil es la ausencia de registros actuales sistemáticos y confiables que impiden realizar un tratamiento estadístico de la problemática de conocimiento. Más allá de estas limitaciones interesan las singularidades que asume como un desplazamiento poblacional contemporáneo cuyas causas y modalidades difieren de los movimientos migratorios clásicos, como los impulsados por la búsqueda de mejores oportunidades laborales.
A modo de evidenciar la relevancia de este fenómeno a nivel país según el Censo de Universidades Nacionales del año 1994, el 25.4% del total de estudiantes cambiaron de residencia a causa de sus estudios. En la población estudiantil de la Universidad Nacional de La Pampa esta proporción alcanza el 57.7% del total, siguiendo la Universidad del Centro y San Luis con valores que superan o se aproximan al 50%. A su vez, Santiago del Estero exhibe una proporción de 12.8% en dicho período. No obstante se advierte que el relevamiento de esta variable según las cuatro unidades académicas en la Universidad Nacional de dicha provincia, son la facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud además de la Facultad de Ciencias Exactas[6], las que presentan mayor porcentaje de alumnos que cambiaron de residencia por sus estudios.
Interacciones intrafamiliares a distancia: lazos de dependencia
En la comprensión de la trama de relaciones familiares en la migración estudiantil es preciso retomar como punto de partida la distinción de Wainerman. C y Geldstein. R entre familia de residencia y familia de interacción.[7] El primer término refiere a un grupo social que habitualmente convive bajo el mismo techo y comparte la misma vivienda; mientras que las familias de interacción la constituyen un grupo social relacionado por vínculos de parentesco y obligaciones recíprocas, que reside en viviendas diversas, y que por lo tanto incluye varias familias de residencia, hogares, unidades o grupos domésticos. (Wainerman. C y Geldstein.R, 1994)
La utilidad de estos conceptos en referencia a las relaciones de los migrantes estudiantiles con la familia que continúa residiendo en su lugar de origen, radica en la posibilidad de dar cuenta que las interacciones familiares no se encuentran restringidas al ámbito del hogar. Los cambios en las circunstancias en la vida de alguno de los miembros del grupo familiar se traduce en el ajuste o surgimiento de nuevas reglas de funcionamiento y convivencia, en otras palabras el principio de corresidencia junto al de consanguinidad sobre los que se estructura el concepto tradicional de familia no es requisito ineludible para que esta exista. Por consiguiente, la perspectiva de los actores resulta imprescindible en el estudio de los arreglos familiares actuales.
Existe cierto consenso acerca quienes deciden constituir hogares unipersonales, pues esta decisión supone cierta independencia económica, ya sea por haberse independizado del hogar de los padres o bien haber disuelto una unión conyugal entre otras. (Wainerman. C. y Geldstein. R op. cit)
Sin embargo el caso de jóvenes estudiantes provenientes de otras provincias y localidades del interior de Santiago del Estero, que deciden instalarse para cursar sus estudios académicos en la universidad se distancia de estos supuestos. En este sentido, Gómez. M y Gómez. N incluyen en el concepto de Familias Virtuales la categoría de jóvenes menores de 25-30 años que constituyen hogares unipersonales frente a la crisis de autoridad de la institución familiar por la flexibilización y reasignación de roles, aunque el abandono del núcleo familiar se realice con una independencia temprana incompleta. (Gómez. M y Gómez. N, 2012)
Si bien la migración estudiantil implica el abandono de núcleo familiar, este es una consecuencia de la decisión de continuar estudios superiores en otra ciudad fuera de la residencia habitual, lo cual involucra mutación de roles, transformaciones en las prácticas cotidianas e incluso otras manifestaciones de lo Gómez. M y Gómez. N denominan “crisis de autoridad en la familia”.
Un aspecto sugestivo del proceso migratorio estudiantil se manifiesta en la importancia atribuida por los actores, en particular los migrantes intraprovinciales a los lazos sociales en la comunidad de origen, ocupando la familia un lugar primordial en las diferentes instancias del mismo. A modo de poder visualizar esto, se presentan algunos de los relatos en los que se describe la relación del migrante con el entorno familiar:
“soy muy apegada a ellos…soy de familia chica y es muy unida y el entorno de lo que es el grupo social también” (Rocío) [8]
“estoy muy apegada a mi familia… aunque estoy toda la semana aquí” (Gisele)[9]
Cabe señalar que la relevancia de la familia en la vida del migrante, no sólo se patentiza en estos testimonios cuando se pone a consideración del interlocutor el tema durante la entrevista. Un evento recurrente en el transcurso de los diálogos, es que los estudiantes al referirse a otros aspectos de la experiencia migratoria en la ciudad de destino también remitían a su familia en afirmaciones donde subyace el vínculo de apego, como el expresado en los fragmentos anteriores.
Por otro lado, en los relatos de los entrevistados se advierte cierta recurrencia en asociar las dificultades durante la residencia en la ciudad receptora, con la distancia física respecto a su grupo familiar, los sentimientos generados en el arribo a la ciudad y las desventajas de vivir solo o convivir con otras personas ajenas al círculo familiar íntimo, debiendo asumir tareas domésticas cotidianas de las que no se ocupaban en sus hogares de origen. Dichos elementos se expresan en las siguientes afirmaciones:
“las dificultades…yo creo que más el extrañar mucho a mis padres (…) ha sido mucho el sufrir el estar lejos de ellos” (Gisele)
“lo que uno llega y lo tiene en la casa lo tenés que hacer vos …saber que tenía que llegar de la facultad y que tenía que cocinar yo (…)la diferencia de depender de los padres y estar solo”(Rocío)
El lazo de apego del migrante con el círculo familiar íntimo constituido fundamentalmente por padres y hermanos señala la transversalidad del lazo familiar en la experiencia migratoria, en otras palabras el vínculo familiar como un elemento que atraviesa todo el proceso migratorio. Asimismo dicha trasnversalidad no hace más que poner en relieve la dependencia del hogar constituido por el migrante respecto de la unidad doméstica conformada por su núcleo familiar original, aunque la misma se manifiesta en diferentes modos. A respecto se ha podido distinguir; la modalidad de dependencia económica y la modalidad de dependencia afectiva. La primera está vinculada con la participación del núcleo familiar en la cobertura de los gastos de hogar del migrante en distintos rubros como alimentación, servicios básicos, alquiler o renta del local habitacional, con extensión a otros gastos orientados a satisfacer necesidades personales del joven estudiante derivados del uso de transporte, indumentaria, material de estudio, entre otros. Es necesario resaltar el carácter participativo del núcleo familiar al momento de solventar los gastos que devienen del mantenimiento del hogar, teniendo en cuenta que las situaciones podrían variar según la condición laboral del migrante, siendo dicha participación parcial o total. A demás esta modalidad de dependencia involucra la decisión acerca de la administración de los fondos provistos por el núcleo familiar, pues este aspecto puede ser ámbito de decisiones compartido donde miembros de ambos hogares tienen participación o bien en el cual los migrantes estudiantiles tienen plena autonomía viéndose el papel de los padres reducidos a meros “provisores”. Gran parte de los estudiantes entrevistados afirman que los gastos personales y derivados del mantenimiento del hogar son cubiertos con fondos enviados por sus padres, por otra parte quienes tienen empleo o perciben alguna ayuda económica bajo la forma de becas solventan estos costos con los ingresos derivados de dichas fuentes.
La vinculación entre el hogar de origen y el constituido por el migrante en la ciudad de destino también se cristaliza bajo la modalidad de dependencia afectiva que guarda estrecha conexión con los lazos de apego familiar, por lo tanto el contacto permanente entre este entorno y el migrante, es valorado como un elemento primordial por este último. Los canales de comunicación con los familiares que se encuentran en el lugar de origen, es otra de las áreas a explorar una vez que el migrante se instala en la ciudad receptora. La mayor parte de los entrevistados afirman que mantiene un contacto diario con su familia en el lugar de origen a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto, y aquellos que se encuentran a mayor distancia utilizan video-chat, aunque no todos los migrantes le han adjudicado a la comunicación una importancia significativa en sus relatos. Para quienes han manifestado preservar lazos de apego con su familia, la comunicación diaria es un factor sustancial, en especial si se han instalado recientemente en la Ciudad de Santiago del Estero este aspecto es calificado como “una necesidad” afectiva. A continuación lo explicita una de las entrevistadas:
“Están todo el día llamándome…mandándome mensajes…quizá a otros chicos les molesta…pero yo necesito eso que constantemente a mí me demuestren que estén pensando y que me quieren y todo eso” (Gisele)
Sin embargo, las diferencias en este aspecto son notables entre los migrantes de sexo masculino, quienes en sus relatos sólo se limitan a enunciar las formas de contacto que mantiene con la familia, enfatizando en los medios de comunicación empleados para tales fines.
Además es necesario subrayar las diferencias que existen en los migrantes estudiantiles de origen extraprovincial respecto a los lazos familiares, puesto que en sus discursos no ha sido un elemento recurrente. La figura de la familia y en particular la de los padres, aparece solo en algunas respuestas y la información que proporcionan acerca del su vínculo es limitada. Vale decir, que contar con la presencia de un familiar en los primeros tiempos de residencia facilita el proceso de integración del migrante a la ciudad de acogida. Así lo manifiesta un estudiante cuyo lugar de origen es una localidad de la provincia de Formosa que al momento de la entrevista llevaba diez años residiendo en Ciudad Capital y se encontraba cursando materias de quinto año de la carrera de Licenciatura en Sociología:
“Desde que vine me hallé eso fue digamos que estuvo mi vejo aquí…que por eso no me sentía solo me ayudó” (Julio)[10]
En los testimonios de los entrevistados, se cristaliza la injerencia del círculo familiar íntimo en las diferentes instancias del proceso migratorio estudiantil incluso en el momento de toma de decisión. Asimismo se tornan inteligibles aspectos como la elección de la ciudad y la universidad estén vinculadas a la proximidad geográfica de Santiago del Estero respecto de sus lugares de origen; sobretodo en el caso de migrantes intra-provinciales quienes argumentan mayores posibilidades de retorno periódico y contacto con el hogar de origen además del bajo costo de vida en la ciudad de destino son señalados como los factores que inciden en la decisión de migrar.
No obstante, las manifestaciones de la modalidad de dependencia afectiva no caducan en la expresa necesidad de comunicación y contacto diario con la familia en el lugar de procedencia. Este modo de dependencia a diferencia de la económica presenta la particularidad de ser bidireccional, es decir no opera en un único sentido sino que tiene lugar entre migrante-núcleo familiar íntimo y viceversa. Dicha característica está dada por lazos de dependencia que se ponen de manifiesto en ambas partes a partir de las demandas específicas que realizan algunos de los miembros del círculo familiar en especial los padres y que suponen para los migrantes asumir responsabilidades en cuestiones relacionadas con el manejo cotidiano del hogar de origen aun sin residir en la misma vivienda.
Dualidades en los lazos familiares: ¿un resultado de los vínculos de dependencia en la experiencia migratoria estudiantil?
En apartados posteriores, se advirtió que los lazos familiares constituyen una constante a lo largo de la experiencia migratoria estudiantil, lo cual se exhibe a partir de las modalidades de dependencia que se entablan entre el estudiante y su núcleo familiar. En este sentido, podría decirse que la reciprocidad es la característica que reviste estos vínculos sobretodo aquellos de índole afectiva. Lo cual podría expresar la permanencia de vínculos familiares prolongados a pesar de no residir bajo el mismo techo.
En la familia tradicional, se establecen ciertas vinculaciones que constituyen simultáneamente, estrategias de creación y recreación de pautas de convivencia necesarias para el mantenimiento del hogar. En el caso de los migrantes estudiantiles, los vínculos familiares se establecen de una manera no convencional debido a la convivencia en dos hogares distantes, es por ello que estos son “virtuales” y configura hacia su interior legalidades que regulan el funcionamiento de los mencionados vínculos y a su vez asignan y reasignan los roles previstos a desempeñar por cada uno de los integrantes del grupo familiar. En la experiencia migratoria estudiantil es un factor característico la dualidad del vínculo familiar, la cual se evidencia desde el punto de vista del migrante en el deseo de independencia, tanto en el manejo del hogar como en lo que atañe a la defensa de los espacios de libertad y privacidad individual, pero al mismo tiempo se encuentra latente la necesidad de continuar ligado al círculo familiar de origen a raíz de la dependencia existente en el plano tanto afectivo como económico. Un estudiante proveniente de la ciudad de Termas de Río Hondo, Javier al momento de la entrevista residía hace tres años en Ciudad Capital y cursaba tercer año de la carrera Licenciatura en Sociología, durante el primer año de residencia en la ciudad capital se instaló en la vivienda de parientes, sin embargo debido a que surgieron conflictos con los mismos, tal deseo de independencia se hace visible en el siguiente relato:
“yo quería venir a vivir solo... (…) aparte aquí no pago mucho (se refiere a la pensión donde vive actualmente) positivo es que ya no tengo que adaptarme a las reglas de ellos (alude a parientes con los que residía)”. (Javier)[11].
Asimismo, en su testimonio sostiene que la estadía en esta ciudad es de carácter transitoria, es decir que estará condicionada por la duración del cursado académico y manifiesta sentirse ajeno a esta ciudad, pues no lo reconoce como su “casa”:
“aquí es como por un tiempito…después ya me voy a mi casa…porque no es mi casa…estoy aquí porque tengo que estudiar” (Javier).
El deseo de independencia, y por ende la asignación de roles para el mantenimiento del hogar presente en el relato de los migrantes, muchas veces entra en contraposición con las demandas realizadas tanto del grupo familiar como del estudiante mismo. Este tipo de vicisitudes que se generan, son como expresa Giberti “vicisitudes vinculares inconscientes (…) que atraviesan algunas familias que asumen el desafío de las normas convencionales (…)”[12]. Este nuevo modo de vivir en familia, manifiesta hacia su interior la continuidad del conflicto entre los miembros de un grupo familiar que reside en hogares distintos pero que comparten roles y responsabilidades sobre los cuales se construyen lazos de pertenencia a dicho núcleo familiar. Los conflictos generados al rededor de estas situaciones se expresan a partir de discrepancias entre los miembros de la familia o bien, de carácter internos presentándose como dualidades del vínculo. Vale remitirse a la transversalidad del lazo familiar en la experiencia migratoria para comprender como las relaciones familiares la atraviesan incluso en las proyecciones laborales y académicas de los jóvenes migrantes. Al respecto Mariana[13], una estudiante oriunda de la localidad de Pampa de los Guanacos, Departamento Copo en la provincia de Santiago del Estero, al momento de la entrevista llevaba cuatro años residiendo en Ciudad Capital y cursaba tercer año de la carrera Licenciatura en Sociología, comenta la visón acerca de su futuro:
“sé que muy próximo cuando termine…no me voy a ir a Pampa (refiere a la localidad de origen)… los primeros años se que las posibilidades no están en Pampa (…) mi idea es irme de Santiago…pero te arraiga el saber que tus papás están solos acá…¿pero irme de la provincia?...no…por eso quiero estudiar en Santiago (refiere a su perfeccionamiento profesional)”. (Mariana)
Es posible observar la presencia de “sentimientos encontrados” los cuales dan cuenta de la prevalencia de lazos familiares durante toda la experiencia migratoria, generando las mencionadas dualidades en lo que atañe a la formación profesional, ya que la mayoría de los entrevistados expresan el deseo de continuar especializándose en su carrera profesional, aunque de manera constante aparezca la sensación de apego con el lugar de origen y por ende con el círculo familiar. Luján[14] proviene de la provincia del Litoral de Misiones, al momento de la entrevista llevaba ocho meses residiendo en Ciudad Capital y cursaba primer año de la carrera Licenciatura en Sociología; cuando fue consultada acerca de la elección de la ciudad y los sentimientos al momento de la llegada, opina lo siguiente:
“uh es muy complejo…más como tenía parientes acá y más como no era mi lugar…me llamaba más la atención (…) más que todo era un cambio de ámbito…un cambio de gente…un cambio de todo… (…) uno extraña su lugar…por ahí…mis cosas…mis amigos…uno no se acostumbra por ahí”. (Luján).
Los fragmentos de las entrevistas realizadas a los migrantes estudiantiles ilustran claramente la dualidad del vínculo familiar en la experiencia migratoria, ya que la misma radica en que convergen dos elementos en apariencia son contradictorios. Por un lado, el deseo manifiesto de independencia por parte del migrante en cuestiones referidas tanto al manejo del hogar como de ciertos espacios de libertad individual y la explícita necesidad de sustento económico para su hogar en la ciudad de destino y de expresiones de afecto por parte de la familia.
Comentarios Finales
La experiencia migratoria de los estudiantes universitarios consiste en una modalidad de migración contemporánea que encierra una multiplicidad de significaciones en lo que atañe al lugar de origen como del lugar de residencia actual, junto con las proyecciones a futuro tanto en el plano profesional como en el familiar íntimo.
El estudio da cuenta de la dinámica en esta emergente forma de convivencia familiar, arribando a las siguientes categorías conceptuales como ser la transversalidad del lazo familiar, la modalidad de dependencia económica y la modalidad de dependencia afectiva. Asimismo, en relación a estas devienen las construcciones dualidad del vínculo familiar, defensa de los espacios de libertad y privacidad individual junto con la continuidad del conflicto.
A partir del relato de los migrantes se advierte la forma en que los lazos con el círculo familiar íntimo atraviesan, como una constante todo el proceso de la experiencia migratoria, lo cual se debe principalmente a modalidades de dependencia entre ambos. Cabe destacar que la modalidad de dependencia económica se da en una sola dirección, es decir el migrante- núcleo familiar original; mientras que la modalidad de dependencia afectiva es de tipo bidireccional generando lazos de dependencia tanto del joven estudiante hacia su familia y viceversa. El vínculo que supone esta nueva forma de convivencia familiar, son desplazamientos de las estructuras tradicionales y se encuentran regidos por las dos modalidades de dependencia.
A partir del análisis de los datos obtenidos de las entrevistas en profundidad, se detectaron contraposiciones en relación a los deseos de independencia presentes en la mayoría de los relatos, en discrepancia con los sentimientos de apego hacia su lugar de origen y su núcleo familiar en particular. Dicha dualidad da lugar a la configuración y reconfiguración de nuevas legalidades intrafamiliares, las cuales constituyen pautas generales de convivencia y de reasignación de roles hacia el interior de los hogares. La construcción de nuevos lazos de convivencia, reafirman las significaciones de los migrantes estudiantiles en cuanto a la importancia de la familia en su vida como en sus decisiones a futuro y a pesar de la continuidad con la que emergen situaciones de conflicto, las mismas devienen en potenciadores de las decisiones tomadas por la familia.
El presente trabajo constituye una primera aproximación en el abordaje de las categorías dentro del concepto de familias virtuales, por lo que resulta preciso ahondar en datos cuantitativos para enriquecer las construcciones teóricas previamente enunciadas. Asimismo, vale decir que este artículo da el puntapié a posteriores indagaciones en la temática y de ese modo arribar a una reconstrucción teórica de los nuevos procesos migratorios y sus correspondientes relaciones e impacto con la familia a partir del uso de datos estadísticos. Cabe destacar que el mencionado objetivo excede los alcances e implicancias de este trabajo.
Bibliografía
· Giberti, Eva (1994) VIVIR EN FAMILIA, “La familia y los modelos empíricos”, UNICEF/LOSADA.
· Gómez .M y Gómez .N (2010) “Hogar y Familia. Posibilidades y limitaciones en la lectura de datos censales País-Santiago del Estero. CEDEP, Edit.Mineo
· Gómez .M y Gómez. (2012): (et.al) “LA FAMILIA Y SUS TRANSFORMACIONES: de las estructuras tradicionales a las nuevas configuraciones”. CEDEP, Edit.Mineo.
· GONZÁLEZ BAREA.Eva.M (2008): Un proceso migratorio (pre-migración, migración y post-migración) estudiantil: jóvenes marroquíes en la Universidad de Granada .Artículo publicado en la Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE) Vol. 10 Nº 2.Consultado en http://redie.uabc.mx/vol10no2/contenido gonzalezbarea.html.
· PIZZOLITTO.Georgina (2006): Distribución de la población y migraciones internas en sus determinantes individuales y regionales.Tesis de Maestría Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata.Consultado en http://www.depeco.econo.unlp.edu.ar/maestría/tesis/046-tesis-pizzolitto.pdf
· Wainerman. C y Goldstein. R ( 1994) .VIVIR EN FAMILIA, “Viviendo en Familia ayer y hoy”, UNICEF/LOSADA.Compilado por Catalina Wainerman
· Wainerman. C (2005) “LA VIDA COTIDIANA EN LAS NUEVAS FAMILIAS, ¿UNA REVOLUCIÓN ESTANCADA?”, Editorial Lumiere S.A., Bs.As.
[1] Alumna Avanzada de Licenciatura en Sociología. Becaria EVC-CIN. Investigadora del CEDEP.
[1] Alumna Avanzada de Licenciatura en Sociología. Becaria CICyT. Investigadora del CEDEP.
[1] Concepto de “LA FAMILIA Y SUS TRANSFORMACIONES: de las estructuras tradicionales a las nuevas configuraciones”. María Rosa Gómez y Nora Gómez et.al.2012
[2] Tipología que constituye un desplazamiento de lo que desde la concepción clásica se denomina hogares unipersonales, es decir viviendas habitadas por una persona, pero que desde la práctica familiar y la perspectiva de los actores involucrados, es decir desde su subjetividad, constituyen un formato familiar suis generis. Todos estos casos son registrados como hogares unipersonales. Pero una mirada en profundidad, que no capta el dato estadístico, permite observar las interrelaciones que vinculan a nivel económico, afectivo y cotidiano estos hogares con sus familias de referencia (ya sea de origen o de sucesión) y que significan desde ellas mismas mi familia al referirse al grupo con el que comparten dichas prácticas.[3] La continuidad del flujo migratorio está determinado por la posibilidad retorno a la residencia habitual aunque los desplazamientos operen fuera de la misma. (Gómez M y Gómez. N, 2012 et.al)
[4] Datos extraídos de “LA FAMILIA Y SUS TRANSFORMACIONES: de las estructuras tradicionales a las nuevas configuraciones”. María Rosa Gómez y Nora Gómez et.al.2012.
[5] La Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE) se funda en el año 1960 y la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) se funda en el año 1973
[6] Del total de alumnos de la UNSE que cambiaron de residencia a causa de sus estudios, el 42,21% corresponde a la facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud, el 33,9% a la facultad de Ciencias Exactas y Tecnológicas, el 14,87% a la facultad de Agronomía y Agroindustrias y el 8,99% restantes a la facultad de Ciencias Forestales. Censo de Universidades Nacionales 1994. INDEC - CIN
[7] Catalina Wainerman y Rosa Geldstein, 1994, Viviendo en Familia ayer y hoy en “VIVIR EN FAMILIA”, UNICEF/LOSADA.
[8] Nombre ficticio. Estudiante avanzada cuya procedencia es la localidad de Forres, Departamento Robles en la provincia de Santiago del Estero. Al momento de la entrevista residía hace dos meses en Ciudad Capital y cursaba materias de cuarto año.
[9] Nombre ficticio. Estudiante ingresante cuya procedencia es la localidad de La Cañada, Departamento Figueroa en la provincia de Santiago del Estero. Al momento de la entrevista residía hace ocho meses en Ciudad Capital y cursaba materias de primer año de Sociología.
[10] Nombre ficticio
[11] Nombre ficticio .
[12] Giberti, Eva, 1994, “La familia y los modelos empíricos”, en VIVIR EN FAMILIA, UNICEF/LOSADA, Buenos Aires, Argentina.
[13] Nombre ficticio.
[14] Nombre ficticio.