El pasado viernes 1 de noviembre, junto a la Cátedra de Problemas del Desarrollo de la Lic. En Sociología - FHCSyS, nos propusimos conocer uno de los rituales santiagueños que se manifiestan y trascienden en el tiempo hace cientos de años para estas fechas en diversas poblaciones de nuestra provincia.

Conocimos el caso de la Alumbrada de Nueva Francia, en el marco del abordaje de la temática del Buen Vivir, que vincula con esta expresión religiosa cultural.

Nueva Francia es un pueblo ubicado sobre la Ruta número 9, a 35 kilómetros de la ciudad capital. 

Al llegar tuvimos la posibilidad de ser recibidos por Patricia Rojas, socióloga oriunda del lugar, quién con mucha predisposición nos hizo un recorrer por la historia del pueblo, y la relación que existe entre los muertos (o fieles difuntos) y la comunidad.

El atardecer del 1 de noviembre se vuelve un escenario de encuentro y reencuentro entre familiares y amigos que se acercan al cementerio para alumbrar y acompañar durante toda la noche a sus seres queridos. 

Afuera del cementerio se encuentran vendedores de flores, velas, comidas y bebidas, una imagen que rompe lo sombrío asignándole una impronta de fiesta o celebración: Los familiares están en el nicho del difunto o en el de un vecino o amigo entablando conversaciones de todo tipo, sentados en reposeras o sillas, comen y beben. Por su parte los niños y niñas juegan cuasi evento festivo que allí se presenta, donde las luces de las velas en cada panteón constituyen un espectáculo que vislumbra con claroscuros al cementerio.

Patricia nos contó que existe una vinculación muy fuerte entre los muertos y la comunidad que se manifiesta a través de prácticas tradicionales que hoy en día persisten y se profundizan. 

Aparecen actores como las rezadoras que a solicitud de los deudos recorren tumbas con sus rezos de rosarios durante las dos noches del 1 y 2 de noviembre, mujeres y hombres cantan alabanzas desgarradoras a la luz de las velas, se dice que no es fácil descubrir la letra de dichas alabanzas pero que son un hecho alegórico en las alumbradas de todos los años.

Hay historias de fuertes vínculos con los difuntos que perduran por muchos años como es el conocido caso en el pueblo de un padre a su hija, quien logró construir tras el fallecimiento de su hija un panteón con forma de casa, flores, colores y juegos. 

Creemos que es imprescindible sumergirnos en las experiencias de nuestro pueblo santiagueño, para mirarlas a través de ojos sociológicos pero también para interpelarnos y hacer un análisis reflexivo de la historia reciente de nuestra provincia. 

Agradecemos a nuestra FHCSyS por permitir el vínculo, cada vez más profundo, entre la Universidad y los Territorios.

Estudiantes: 

Noelia Ibarra 

Belén Trejo 

Carolina Juárez