¿Qué hay con “la quichua” en la universidad?

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Por Héctor Andreani*

 

El pequeño (a veces grande) universo de las cosas que pasan con “la quichua”, muchas veces parece no mostrar nada. Pareciera que nada sucede. Sin embargo, cuando se presenta la oportunidad, se pueden visibilizar muchas cosas que están sucediendo.

En este caso, voy a referirme exclusivamente al lugar que la “la quichua” ocupa dentro de las actividades y proyectos en la UNSE. La lista es muy diversa, pero sirve para hacernos una idea.

En primer lugar, la oferta académica formal. La carrera de pregrado es la Tecnicatura Superior en Educación Intercultural Bilingüe con mención en Lengua Quichua. Nació en 2012, dura 3 años, y ya lleva una treintena de técnicos egresados. Esta carrera nació con un muy difícil desafío: “romper” el infranqueable hielo histórico que se había ceñido sobre la quichua: problematizar prejuicios, o la idea de que no podría escribirse en esta lengua, de que “no tiene gramática”, de que solamente existiría una quichua “pura”, la delimitación exclusiva de que se transmitiría de abuelas a nietos y no por otras formas, o de que la quichua solamente debiera escribirse con normas del castellano (la superada postulación castellanizadora de Domingo Bravo). Una carrera así no nacía con todo el escenario externo “regalado” (como otras carreras laboralmente consolidadas como medicina, contabilidad o ingenierías) sino que siguen siendo demasiados los prejuicios que se deben problematizar. Por ejemplo, negar que esta lengua tenga su lugar en los diseños curriculares, creer que no puede “equiparse” para expresar conceptos más complejos, o la restricción ideológica de que la quichua estaría reducida a chacareras y cuentos del zorro. La Tecnicatura en EIB Quichua nació con muchas asignaturas novedosas al ámbito local: alfabetización en lengua materna, sociolingüística, lingüística quichua, taller de conversación, antropología educativa, entre muchas otras.

En segundo lugar, la Licenciatura en Educación Intercultural, que es un ciclo de 2 años, complementario al del Técnico en EIB Quichua. Nació hace poco tiempo, en 2023, enfocada en muchos temas de educación aplicados al contexto intercultural, y con asignaturas también novedosas: historia de pueblos subalternizados, procesos territoriales, diseño curricular, etnografías educativas, derecho intercultural, entre otras.

Otros ámbitos y personas son dignos de destacar. Por ejemplo, la antigua Diplomatura en Quichua, oferta que tiene casi 20 años ininterrumpidos de dictado, y ya ha formado a más de 400 diplomados en la provincia, un número nada desdeñable. Su lugar de dictado es el Instituto de Lingüística, Folklore y Arqueología (ILFyA), institución de 72 años que es más antigua que la misma UNSE.

Sobre el ILFyA, paso a describir en otro apartado, por la diversidad de propuestas que tiene. Este instituto posee la oferta de la Diplomatura mencionada sobre Quichua. Pero actualmente tiene 3 proyectos de investigación muy interesantes y diferentes. Son dirigidos por docentes de la Tecnicatura y Licenciatura, y promueven la formación no solamente de grado (la Licenciatura) sino la posibilidad de acceder a becas de posgrado, por ejemplo de CONICET para realizar doctorados o maestrías, o estadías de formación en el exterior.

Uno de los proyectos es dirigido por el Dr. Carlos Bonetti, titulado “Escuelas y discursos de la diferencia cultural en territorios rurales de Santiago del Estero. Una mirada desde el pasado y el presente”. Se trata del primer grupo dedicado a los archivos escolares de la primera mitad del siglo XX. Están recolectando y analizando libros de escuelas, instructivos, manuales antiguos, datos censales, literatura, entre muchos otros archivos. De este modo, “la quichua” emerge en tantos documentos.

Otro proyecto es dirigido por la Dra. Silvina Corbetta y el Dr. Fernando Bustamante, titulado “Etnografías educativas: narrativas docentes y perspectivas de los sujetos en la construcción de la relación escuela-comunidad-territorio en contextos pluriculturales y bilingües”. Este proyecto se centra en tiempo presente, y vienen trabajando con el agrupamiento educativo con sede en el Colegio de Villa Nueva, departamento San Martín, uno de los epicentros mesopotámicos de habla quichua. Mediante un abordaje etnográfico y con entrevistas, se están generando varias investigaciones junto con docentes y alumnos de dicho territorio.

El tercer proyecto es dirigido por Héctor Andreani, titulado “Corpus multimodales en quichua”. Se compone de varios subgrupos de trabajo, muy diferentes y a la vez complementarios en producciones: desde la elaboración de un glosario técnico, pasando por un plataforma web de búsqueda de palabras, un taller de escritura quichua, materiales didácticos realizados con niños y familias quichuistas, un diccionario de castellano regional, una compilación de adivinanzas, una antología de biografías lingüísticas, y una exploración léxica sobre la famosa Encuesta Escolar de Folklore de 1921, entre otras actividades. Sus integrantes pertenecen no solamente a Santiago del Estero, sino también de Jujuy, Córdoba, Buenos Aires y Bonn (Alemania).

Un cuarto proyecto es de extensión, codirigido por el Esp. Omar Layús, que está enfocado en diversas estrategias de difusión de contenidos y líneas temáticas que ofrece el mismo ILFyA, además de actividades de divulgación científica a niños de escuelas.

Otra actividad muy diferente es un convenio entre Ministerio de Educación de la Provincia y Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud (UNSE). En particular, una vinculación entre la Licenciatura antes mencionada y el Programa Ministerial denominado “Escuela Escala metas”. Se trata de más de 70 proyectos productivos realizados desde las escuelas rurales, muchas de estas como agrupamientos de itinerancia (las escuelas más marginales de nivel secundario). Los proyectos son realmente muy diversos: desde hacer tejidos, pasando por panificación, dulces caseros, huertas, carpintería, hasta editoriales escolares y revistas propias. “La quichua” se fue colando en más de 40 proyectos, porque estos se desarrollaban con población quichuista. Por eso, el convenio entre Facultad y Ministerio permitió, como un primer paso durante 2025, la capacitación ininterrumpida de los profesores de la Licenciatura/Tecnicatura hacia docentes de estos 40 establecimientos rurales. Se profundizó en algunas dudas de gramática quichua, sobre cómo escribir, sobre historia social de la quichua, y sobre nuevas demandas de los mismos docentes sobre cómo investigar hacia afuera. Dichos docentes quieren saber cómo profundizar el tema “quichua” no solamente para sus proyectos productivos, sino también en nuevas propuestas: por ejemplo, explorar las memorias de ancianos, producir vocabularios escolares, elaborar libros tejidos en quichua (para alfabetizar a niños), o novedosas etiquetas en quichua para panificación u otros productos, y sobre todo, las revistas escolares (fueron incorporando contenido quichua) que impactaron de modos sorprendentes en cada comunidad. Cabe aclarar que en todos estos proyectos habrían estado muy complicada la parte “quichua” si no se hubiera asegurado un apoyo técnico desde el mismo programa ministerial, y también desde los profesores de la Facultad. Ese “apoyo mutuo” es muy saludable y se sigue profundizando, como parte de un plan de capacitación de 4 años hasta 2028. Reitero: busquen y lean esas revistas escolares, que son una maravilla de cada territorio.

En cuanto a tesis de posgrado, se encuentra la mencionada investigación en proceso de la Lic. Regina Nazar, referida a la prohibición escolar contra la quichua en la primera mitad del siglo XX; la tesis doctoral en antropología defendida por Héctor Andreani en febrero de 2025 en la UNC (Córdoba), referida al proceso sociolingüístico de la quichua; la tesis de maestría de la Lic. Gabriela Amarilla, referida a la obra escrita del maestro Ángel Luciano López (un quichuista que publicó entre 1938 y 1965). La becaria Lourdes Jugo investiga la implementación de la EIB en el marco legal. Es meritorio referir varios proyectos de becas CIN o proyectos de tesis de Licenciatura, que están en proceso, a cargo de las/os tesistas Fabiana Córdoba, Sofía Mansilla, Martina Iturre, Raúl Banegas, Margarita Taboada, Karen Díaz, César Célis, entre otros.

Tema aparte merecen las publicaciones más recientes, tan variadas, surgidas de estos ámbitos académicos, algunos propios de la UNSE y también vinculados a otros espacios académicos. Por ejemplo, la compilación literaria de adolescentes Salavinamanta Mosqos (2023); el libro Literatura y escritura quichua. Ensayos críticos-sociolingüísticos, de Héctor Andreani (2023); la novela completamente bilingüe Atamisqui, de Gabriel Torem (2024), el poemario Minichay, de Josefina Navarro (2024), el material didáctico Kichwapi Pukllas, material didáctico realizado con niños de la escuela de Juanillo (dpto. Atamisqui), con Gabriela Amarilla y Silvia Sosa como compiladoras (2025), y la novedosa edición de los legendarios Manuscritos de Huarochiri, a cargo de Josefina Navarro, Paola del Federico y Atila Karlovich (2025). Los artículos de revistas científicas ya son más numerosos, y por su número no podrían caber en esta descripción tan breve.

En fin, queda referir muchas otras actividades. Por ejemplo, actividades de extensión con niños de un barrio indígena de la Capital; el asesoramiento constante a docentes de muchas zonas con materiales teóricos, didácticos o de consulta; la vinculación con escuelas y territorios (dptos. San Martín, Figueroa, Juan F. Ibarra, Avellaneda, Salavina, entre otros); la participación en eventos culturales como la Feria del Libro y encuentros escolares; el debate constante contra prejuicios lingüísticos que solo han perjudicado el status de la quichua en la sociedad. Y sobre todo, la promoción constante de nuevas ideas y horizontes educativos para desarrollar la quichua y los contextos interculturales. 

Invitamos a jóvenes y adultos a transitar estos estudios. No es un lugar ideal, los desafíos siguen siendo muchos. Las universidades peligran por el feroz ajuste presupuestario. Pero la ciencia resiste, y avanza con nuevos descubrimientos. Y las ciencias aplicadas a las lenguas nativas, también avanzan. Por eso hay un lugar en la Facultad para “la quichua”, para formarse en la Educación Intercultural Bilingüe, y para desarrollar proyectos educativos que potencien las culturas y lenguas de los territorios, en co-labor con las mismas comunidades.

 

* Doctor en antropología (UNC) y licenciado en letras (UNSE). Docente de la cátedra de Lingüística Quichua (Tec. Sup. en EIB mención Quichua, Licenciatura en Educación Intercultural / FHCSyS-UNSE)

 

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